La resonancia magnética cardíaca (IRM) utiliza un potente campo magnético, ondas de radio y una computadora para crear una imagen clara y concisa del corazón de un paciente en movimiento, sin usar radiación de rayos X. Se utiliza para detectar o controlar problemas cardíacos como infecciones o afecciones inflamatorias, enfermedad de las arterias coronarias, enfermedad cardíaca congénita o para evaluar los efectos de una cirugía. Una resonancia magnética también se usa comúnmente para aclarar hallazgos poco claros de la ecocardiografía.

¿Qué puede esperar un paciente durante una resonancia magnética cardíaca?

Los pacientes deben saber que una resonancia magnética cardíaca es indolora e inofensiva. Se le pedirá al paciente que se quite las joyas de la ropa u otros elementos que puedan interferir con el procedimiento. La máquina de resonancia magnética se ubicará en una habitación especial que evita que las ondas de radio interrumpan la máquina. También evita que los fuertes campos magnéticos de la máquina de resonancia magnética interrumpan otros equipos.

Se le pedirá al paciente que se acueste boca arriba sobre una mesa deslizante y se le pedirá que permanezca lo más quieto posible. El técnico controlará la máquina desde la habitación contigua y podrá comunicarse con usted a través de un micrófono. A veces, se usa un agente de contraste, que se inyecta en una vena del brazo a través de una aguja. Esto resalta los vasos sanguíneos o el corazón en las imágenes. La resonancia magnética cardíaca suele durar entre 30 y 90 minutos.