Muchas mujeres experimentan problemas de función sexual en algún momento de sus vidas, pero los problemas persistentes o recurrentes con el deseo o la respuesta sexual pueden ser una disfunción sexual femenina. En general, hay cuatro tipos, que incluyen el bajo deseo sexual, el trastorno de la excitación sexual, la dificultad para alcanzar el orgasmo y el trastorno por dolor sexual.