Un trasplante de células madre es un procedimiento que utiliza células madre para reemplazar las células sanguíneas de la médula ósea que han sido dañadas o destruidas por la quimioterapia, la radiación o una enfermedad. Para los pacientes que reciben un trasplante de células madre, el primer paso es reducir la cantidad de cáncer presente en el cuerpo del paciente mediante el tratamiento de inducción. Después del tratamiento de inducción, las células madre se extraen de la sangre o la médula ósea del paciente. Una vez recolectadas, las células se congelan. Una vez que se han extraído las células madre, el paciente recibe quimioterapia de dosis alta para eliminar las células de mieloma sobrantes. El tratamiento también destruye todas las células normales restantes de la médula ósea. Luego, las células madre congeladas se descongelan y se devuelven al paciente a través de una vía intravenosa en un proceso similar a una transfusión de sangre. Las células madre viajan a la médula ósea, donde comienzan a producir nuevas células sanguíneas.