Algunos tumores son difíciles de alcanzar a través de la cirugía debido a su ubicación. Sin embargo, un láser puede atacar pequeños tumores en áreas delicadas o de difícil acceso. Al realizar una resección con láser, el cirujano inserta una herramienta a través de una pequeña incisión, dirige el láser al tumor y transmite el rayo de alta energía, que destruye el tejido canceroso al vaporizarlo.